
En el artículo de hoy hablaremos de las colisiones que suelen producirse en el ámbito marítimo, ya sea entre dos embarcaciones o entre una embarcación y otros elementos, como pueden ser objetos flotantes.
Técnicamente, las colisiones marítimas suelen denominarse abordajes, aunque la reglamentación legal de abordaje se extiende a todo tipo de averías sin producirse necesariamente una colisión. Un ejemplo de esto sería por causa de algún remolino que se produce tras el paso de otra embarcación.
Aunque existe un extenso reglamento internacional para prevenir estos abordajes, la idea de este artículo no es ahondar en el tema, sino mencionar algunos puntos importantes para evitar este tipo de accidentes para tener una navegación tranquila y segura, sobre todo para los interesados en la expedición o renovación de una titulación PER, que son los más frecuentes en nuestro Centro Médico, dentro del tema de la náutica.

Como mencionamos anteriormente, podremos encontrarnos con dos tipos de colisiones:
1) Contra un objeto flotante, siendo difícil prever este tipo de accidente, sobre todo en la navegación nocturna.
2) Contra otra embarcación. En este ítem vamos a hacer mayor hincapié.
Aunque la mayoría de las colisiones suelen ser de intensidad leve, hay un riesgo significativo de sufrir un accidente grave, con consecuencias severas para las embarcaciones, y por supuesto, siendo aún más grave, para la integridad física de la tripulación.
Para prevenir este tipo de colisiones y poder disfrutar de una navegación más segura, se recomienda tener en cuenta ciertas pautas generales para prevenir este tipo de choques:
– El punto más importante a tener en cuenta, aunque puede ser una obviedad, es estar alerta en todo momento, teniendo en cuenta que la mayoría de accidentes acuáticos se debe en gran parte a la imprudencia.
– La embarcación debería tener en todo momento como mínimo una persona en cubierta.
– Se recomienda comprobar de forma frecuente todos los ángulos muertos de la nave.
– Evitar el error tan común de creer que hemos sido vistos por otra embarcación que potencialmente se dirija hacia nosotros.
– En caso de disponer de radar, estar pendientes del mismo, para detectar la aparición de algún objeto en el mar.
– Al visualizar otra embarcación, debemos calcular de forma rápida y precisa a qué distancia se encuentra, el rumbo del mismo y su velocidad.
– En los casos de navegación nocturna, estimar según el tipo de luces, que tipo de barco se trata y la dirección de su navegación.
– No pasar por la proa de un barco de gran porte, a no ser que se haya calculado con precisión su velocidad y la nuestra, teniendo en cuenta en todo momento que ésta puede cambiar y como mencionamos anteriormente, no asumir que hemos sido vistos por el otro navío.
– Por último, se debe evitar encontrarse bajo los efectos del alcohol y otro tipo de drogas, sobre todo si es el encargado del pilotaje o si se está de guardia, teniendo en cuenta que si se produce un accidente por este tipo de conductas, el responsable puede sufrir la retirada del permiso de navegación, sanciones económicas, y hasta en ciertos casos, penas de prisión.
Adjuntamos un video donde se muestra un abordaje: