¿Qué es el meldonium?
Meldonium, también conocido como mildronate, es un fármaco nacido en los años setenta en Letonia tras el descubrimiento de Ivars Kalvins, su objetivo principal era acelerar el crecimiento de los animales de forma artificial. Su influencia está basaba en los países del Este, ya que dicho medicamento no está aceptado ni en Estados Unidos ni en Europa Occidental, donde creció con el paso de los años hasta el punto de ser utilizado para otros fines como para tratar las anginas de pecho y el infarto de miocardio. Conocido como una molécula sintética, puede usarse de forma inyectable o en cápsulas y su mecanismo de acción se basa en reducir la concentración de L-carnitina en el tejido cardiaco reduciendo a la vez el metabolismo de ácidos grasos. Se estima que su exportación ronda los 150 millones de euros anuales, convirtiéndose en una importante fuente de ingresos para el país letón. Según los estudios científicos publicados por su inventor, el meldonium hace disminuir el consumo de oxígeno por parte de las células, lo que mejora la resistencia así como la eficiencia en el metabolismo de la glucosa y reduce la producción de ácido láctico.
Frente a tales indefinidas promesas, algunos especialistas sospechan que el extendido consumo del meldonium por deportistas de todo tipo se debe no tanto a sus efectos sobre el rendimiento como a su utilidad para manipular los datos del pasaporte biológico (certificado médico deportivo que incluye valores hematológicos y esteroideos urinarios) el método indirecto de detección de dopaje sanguíneo. Uno de los efectos del Mildronate parece ser la fluidificación de la sangre. Disminuye, de esa manera, la concentración de hemoglobina, el parámetro que se mide en el pasaporte y que aumenta después de la toma de EPO o de una transfusión, mientras se mantiene la tasa total de hemoglobina, de la que depende el aumento de resistencia. “Parece extraño que un deportista manipule su pasaporte mediante una sustancia prohibida”, dice, escéptico, el australiano Michael Ashenden, uno de los padres de la herramienta. “Pero quizás lo hagan”.
A pesar de existir desde hace más de tres décadas, la sustancia no figuró entre la lista de sustancias prohibidas por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) hasta el 1 de enero de este mismo año, donde aparece como una hormona y un modulador metabólico. Dicha decisión se produjo tras unos últimos estudios que confirmaron que el Meldonium produce un incremento en la resistencia de los deportistas, propiciando un menor tiempo de recuperación tras el ejercicio y una mejora en la activación del sistema nervioso central, facilitando así la capacidad aeróbica de los atletas tal y como expuso el informe del laboratorio antidopaje de Colonia en 2015.
Ignorado en su totalidad por el laboratorio antidopaje de España hasta que la AMA anunció sus efectos en septiembre de 2015, el consumo en los países del Este ha ido en aumento y se espera que se incremente en los deportistas no profesionales. Comercializado bajo el nombre de Mildronate, el Meldonium está considerado como la sustancia que todo lo cura.
Con el paso de los años y con una aceptación mayor, el medicamento cobró fuerza dentro de la antigua URSS, donde se empezó a dotar al producto de una serie de capacidades catalogadas como ‘mágicas’. Por aquel entonces, se consideró que el Meldonium prevenía desde el infarto cardiaco y la isquemia cerebral en los humanos, hasta la mejora el riego cerebral pasando por el aumento del vigor sexual en determinados animales.
EL meldonium y su uso por Maria Sharapova
Maria Sharapova tomó Meldonium por primera vez en 2006 y lo siguió haciendo de forma ininterrumpida hasta enero de 2016. Posiblemente, mientras forjaba una carrera de leyenda (completando el Grand Slam y llegando al número uno del ránking), nunca imaginó que ese medicamento protagonizaría el día más negro de su vida: el lunes a mediodía, la campeona de cinco grandes se subió encima de un escenario en Los Ángeles, confesó al mundo que había dado positivo en un control antidopaje realizado en el pasado Abierto de Australia. La WADA (Agencia Mundial Antidopaje) tomó la decisión de incluir el Meldonium (comercializado bajo el nombre de Mildronate) en la lista de sustancias prohibidas para los deportistas en 2016. Así, y siguiendo el proceso habitual, la WADA envió una carta a cada jugador informando de los cambios en el reglamento. Sharapova reconoció ante los periodistas que no la leyó (ni nadie de su amplio equipo, algo sorprendente) y siguió con su tratamiento habitual en el primer Grand Slam del curso, donde llegó hasta cuartos de final. Allí empezó una pesadilla llena de fantasmas y demonios: la rusa, expuesta ahora a una sanción que puede ir desde los dos a los cuatro años (se desconoce aún la duración, aunque el castigo se pondrá en marcha el próximo 12 de marzo), ha manchado su carrera para siempre.
No es dopante
El actual director del Departamento de Química Médica en el Instituto de Síntesis Orgánica de Letonia Ivars Kalvins no entiende por qué se considera una sustancia prohibida y aboga por un cambio de normativa. “No es una sustancia dopante. No hay nada que demuestre que mejora el rendimiento deportivo”, ni modifique los resultados de un certificado médico deportivo, aseguró en una entrevista concedida al diario ‘Le Monde’
El laboratorio letón Grindex, fabricante del fármaco cardiovascular Meldonium por el que una docena de deportistas, entre ellos la tenista rusa Maria Sharápova, han sido suspendidos tras dar positivo por dopaje, en su certificado médico oficial de tenis; expresó su deseo de ver retirado este medicamento de la lista de sustancias dopantes.
«Esperamos demostrar a lo largo de este año que nuestro Mildronat no tiene que estar en esta lista», dijo en declaraciones al periódico letón «Neatkariga Rita Avize», el presidente de la junta directiva de Grindex, Juris Bundulis, al referirse al Meldonium que comercializa bajo esta otra denominación.
La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) incluyó el Meldonium a principios de este año en su listado de sustancias prohibidas sin comunicar las razones a Grindex, subrayó Bundulis.
«Está pensado tanto para pacientes con problemas cardiacos como para deportistas, ya que en ambos casos -sólo que por razones distintas- el músculo cardíaco se ve afectado», precisó al rotativo.
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Diana Garcia
Medico Certimedic
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