La depresión sigue siendo en la actualidad uno de los trastornos con mayor incidencia entre la población, ampliándose el rango de edades al que afecta, desgraciadamente también recientemente se observa que niños y adolescentes se están viendo afectados.
La depresión es un trastorno limitante y de amplio alcance ya que sus efectos se dejan ver en las tres áreas principales de la persona: cognitiva (pensamientos distorsionados), conductual (apatía e inactividad) y fisiológica (sintomatología). Lo importante es que este trastorno tiene tratamiento, y no me refiero al farmacológico que aunque a veces es necesario para acompañar la terapia psicológica no soluciona el problema por si sólo, prolongando muchas veces el trastorno en el tiempo y creando dependencia al fármaco por parte de la persona. El tratamiento de la depresión debe ser un tratamiento global, para llegar a abarcar las áreas afectadas mencionadas anteriormente. Así el tratamiento implicará tratar la autoestima de la persona y su manera de relacionarse con las otras personas de su entorno, para aumentar su sentimiento de efectividad y recibir un mayor apoyo social. También el paciente en colaboración con el terapeuta tomará conciencia sobre su manera de pensar y modificará todas aquellas creencias e ideas limitantes sobre su persona y entorno. Este abordaje a nivel de pensamiento, es debido a que se ha demostrado que las personas con este trastorno tienen gran cantidad de pensamientos distorsionados que le hacen percibir la realidad de una manera negativa y limitante para su persona. Esta manera de interpretar la realidad de manera errónea lleva a perpetuar el trastorno, creando gran sufrimiento a la persona y a sus familiares o amigos.
Además habrá que tratar la inactividad de la persona mediante la programación de actividades gratificantes, entre otras medidas.
La depresión es un trastorno que además de afectar a la persona tiene bastantes efectos perjudiciales para los familiares, pues a veces es difícil saber como tratar a una persona que se encuentra en estas circunstancias, teniendo la impresión de que lo hemos hecho todo y nada sirve. En estos casos, se requiere la ayuda de un profesional que sepa como proceder con la terapia, abarcando cada uno de los campos y ofreciendo en caso necesario pautas a los familiares.
El tratamiento de la depresión no tiene una duración determinada depende de la persona y de la gravedad del trastorno, pero se la persona y allegados irán percibiendo los resultados beneficiosos a medida que el tratamiento se vaya llevando a cabo.
Lo aconsejable sería que la persona con depresión tomará conciencia de su trastorno y pidiera ayuda por si misma, pero en ocasiones esto no siempre se da y son las personas cercanas a ella las que piden ayuda por ella (familiares, amigos…). Lo importante es siempre pedir ayuda para evitar que el trastorno se agrave pero siempre se ha de hacer con el consentimiento de la persona.
Carmen Díaz Sánchez
Nº Col. 21352
Psicóloga Certimedic
Avda. Diagonal 440, Tel. 934159474
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