El pasado puente de la constitución, en Vizcaya y Barcelona, dos cazadores murieron a consecuencia de dos disparos fortuitos durante la jornada de caza. El primer incidente sucedió tras un disparo a través de otro cazador en una zona de monte y el segundo cazador fue herido en Barcelona por un disparo de su compañero, siendo detenidos por homicidio imprudente.
A raíz de estos incidentes, pretendemos remarcar la responsabilidad que conlleva obtener la licencia de armas.
Un ejemplo de ello, es la Representación Territorial de la Federación de Caza de Cataluña en Barcelona que hace unos meses diseñó un póster con una serie de recomendaciones que tienen como principal premisa el respeto por esta actividad y la seguridad de las personas durante las batidas.
Póster de FCC en Barcelona.
El ciudadano puede conseguir la licencia de armas de tipo D y E, caza mayor y caza menor. Una vez superado el examen teórico tipo test y el práctico se tiene que aportar un certificado psicofísico y declarar el coto donde se usará el arma.
Por ello es importante la valoración médico-psicológica para conseguir dicho certificado. La principal evaluación se basa en la toma de decisiones, para valorar la posibilidad de seguir las normas de seguridad establecidas, ya que prudencia y obediencia de las normas son las bases en cuánto a usar armas se refiere.
NORMAS PARA CAZAR SEGURO
– No permanecer en lugares públicos con armas desenfundadas y montadas.
– Mantener las armas guardadas sin cargar.
– Es obligatorio tener las armas rayadas en un armero homologado.
– Las armas viejas requieren más atención y es aconsejable que las revise un armero.
– Un arma oxidada acabará provocando un accidente con consecuencias imprevisibles.
– Dedique unos minutos a la limpieza del arma después de casa jornada de caza.
– Lleve SIEMPRE el arma dirigida hacia el suelo o hacia el cielo, nunca en dirección de compañeros o perros. En los puestos, no apuntar a nadie.
– Mantenga la costumbre cuando cace en solitario.
– EVITE dejar la munición al sol o bajo cualquier agente que pueda producir un calentamiento excesivo, ya que una elevación de la presión puede ser muy peligrosa.
– Cuando dispare sobre una pieza de caza menor o mayor siempre deberemos tenerla a la vista, con la suficiente visibilidad para que en el trayecto no encuentre personas, animales u obstáculos en los que pueda impactar.
– NUNCA dispare sobre matorrales aunque visualice movimiento ni ruido. No olvide que detrás puede estar una persona (otro cazador, rehaleros, batidor, guardas, paseantes,…) Ante la duda, no dispare. Siempre es mejor prevenir.
– Utilice siempre el cartucho y el perdigón adecuados para las diferentes modalidades de caza y escopetas.
– Es preciso conocer la presión que soporta el arma y la que desarrolla el cartucho.
– En caso de los rifles, utilice balas y calibres adecuados y no introduzca nunca una bala de un calibre en la recámara de un arma de otro calibre.
– No apoye NUNCA la boca del cañón del arma en el suelo.
– No se fíe de las distancias, ya que los plomos de los cartuchos y balas, pueden llegar a distancias que no pensamos.
Por ejemplo, el alcance de los rifles es muy grande, pudiendo llegar las balas a varios kilómetros.
– No dispare jamás hacia los visos, los cambios de rasantes y por encima de otros cazadores. Al final de la jornada mire que no deja ningún cartucho o bala en el arma.
– Si bebe o toma sustancias que puedan provocar euforia o pérdida de sus condiciones normales, no salga de caza.
El hecho de llevar un arma conlleva una gran responsabilidad. No basta con la obtención de la licencia sino que es necesario el buen uso de ella, base de la seguridad en la caza para evitar accidentes innecesarios.
Judith Rodríguez
Nº colegiado 48830
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