Desde Certimedic, centro de reconocimientos médicos en Barcelona, para la obtención y renovación del certificado médico para el permiso de armas, tanto de tipo E, seguimos con la serie de artículos relativos a la mejor forma de caza y preparación en nuestras mesas de las especies cinegéticas más habituales en nuestros campos.
En esta ocasión le toca a nuestro querido compañero de múltiples lances como es nuestra querida libre de campo. Sin duda uno de los trofeos a los que a todo cazador le alegra el día. Con sus dificultades en la caza y sobre todo en el tiro. En sus diferentes modalidades bien al salto bien en la caza con galgo. Sin menospreciar cada una de las modalidades, siendo tan apasionantes la una como la otra. En este blog, nos centraremos principalmente en la primera de ellas. En la caza de liebre al salto con perro. Siendo esta modalidad la que un servidor practica y más le apasiona.
- Conocer sus costumbres en profundidad y el terreno donde cazamos. Esto incluye que antes de ponerse a cazar hay que conocer a fondo el terreno del coto en general y las querencias de las liebres en particular.
- Para la caza de la liebre, las prisas no existen: Cazar muy despacio de querencia en querencia, pero sin dejar que se alarguen los perros, ya que si la rabona ve que el perro va lejos del cazador, enseguida se levanta y huye. El perro mostrará raras veces, y si las hace lejos, la liebre se levantará antes de poder llegar a la altura del can.
- Más calma todavía, si estamos en una querencia en la que suponemos está la liebre, y a la que hemos ubicado por haber visto huellas o saber que es un lugar de encame bueno, hay que patear el terreno de arriba abajo sin perder de vista al can, pues la mayor parte de las ocasiones las levantará por atropello.
- La liebre siempre se encamará de forma que los primeros rayos de sol la den en el lomo.. Además, una liebre prevé el viento dominante que va a hacer cuando amanezca, encamándose siempre de manera que el viento no la mueva su pelaje para así pasar desapercibida ante los depredadores; y si cambia el viento bruscamente, la liebre se cambiará de cama, pues todas tienen más de una cama.
- Hacer caso del refranero español, que es muy cierto. Eso de que en enero la liebre en el tollero[1], etc. es el mejor tratado de biología y costumbres que se ha hecho.
- La liebre es un animal de costumbres fijas, y si observan, cuando se abate una en un determinado lugar al poco tiempo ya está otra ocupando su sitio. Esto tiene sus excepciones, claro, de lo contrario no habría liebres hace lustros. Les propongo llevarse su GPS cuando cacen para guardar las coordenadas de esos encames. Si cazan varios años en el mismo coto y al legar a casa pasan a un mapa todas las coordenadas tomadas, se asombrarán al comprobar, al cabo de un tiempo, que no sólo el hombre es un animal de costumbres.
- No disparen a la liebre hasta que no enderece su carrera, pues de salida da unos saltos frenéticos que nos harán fallar, entre otras cosas porque no hay distancia suficiente como para que los perdigones la lleguen debidamente esparcidos. Aconsejo utilizar una escopeta 12/70 con choke de cuatro estrellas, cartucho de 32 gramos, taco dispersante y perdigón del 7 o del 6, según los gustos.
- Tanto a la liebre europea como la liebre ibérica les encantan las praderas de monte a las que se accede por caminos amplios. Eso sí, si no conocen el encame, será un tiro relámpago, pues se levantará de la cama y de un par de saltos se cubrirá con la vegetación.
- La liebre penetra en lo más intrincado del monte andando y confundiendo con saltos. Aquí hay quienes dejan que los perros hagan su labor mientras ellos se apostan en curvas, altozanos de las cuestas y demás lugares de visibilidad. Toda liebre levantada bajo madera siempre va al camino para darse a la fuga; pero si en su autonomía está prohibido cazar en los caminos, debe ingeniárselas para proceder de igual manera en cameras, cortafuegos y sustitutos de caminos.
- A la liebre le gusta encamarse en tierras arenosas recién aradas y en otros muchos sitios. Si no hay praderas o barbechos, caminen lentamente por las orillas de los arroyos, aguadutos, valladones, linderas, cameras, perdidos, vegetación disonante; miren concienzudamente cuando se encuentren una finca con las pajas sin recoger (cosa difícil en estos tiempos), patéense las praderas, los perdidos, las choperas, los olivos, las viñas, los almendros, las guindaleras, etc; es decir, en todo arbolado la liebre tiene acomodo cerca del tronco.
Para los amantes de esta modalidad de caza a continuación os mostramos un video de la caza de nuestra amiga y un segundo video de su preparación culinaria en una forma increíble. Esperamos que os guste tanto como a nosotros.
Receta de liebre a la “Royale”
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