Balance esperanzador para las carreteras españolas

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Los accidentes de tráfico dejan 235 fallecidos este verano, un 10% menos que en 2012

  • El número de accidentes mortales ha disminuido en un 10%

  • El ministro del Interior cree «esperanzador» el balance del verano

  • De las víctimas mortales, 17 no llevaban puesto el cinturón de seguridad

Los accidentes de tráfico de este verano han dejado 235 fallecidos, 25 personas menos que en el mes de julio y agosto de 2012, lo que supone un descenso de cerca de un 10%, según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) presentados este martes por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. 

Los siniestros mortales se han reducido en un 15% en los dos últimos meses respecto al mismo periodo del año anterior. Los desplazamientos han bajado también un 3,5%.

El ministro del Interior ha señalado que el balance del verano es «esperanzador» aunque no le gusta «lanzar las campanas al vuelo» porque «una única víctima es una importantísima razón para seguir trabajando por mejorar la seguridad vial en España».

Es de destacar que el 57% de los turismos implicados en accidentes con víctimas mortales tenía 10 años de antigüedad o más.

Además se aportan otros datos en relación a este hecho, como son los factores que pueden contribuir a un trágico desenlace que puede tener un incidente de este tipo; así se observa que algunos de los fallecidos no llevaban puesto el casco o el cinturón de seguridad, y en el caso de los niños no llevaban los dispositivos de seguridad necesarios para circular en coche a estas edades ( así 17 d las personas fallecidas durante estos últimos meses de verano no llevaban puesto el cinturón de seguridad y otros tres fallecidos iban en ciclomotor y tampoco llevaban puesto el casco).

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El caso de Maria Villota, es un claro ejemplo de usar las medidas de seguridad para prevenir consecuencias catastróficas a la hora de circular.

 María de Villota volvió a nacer hace un año. El 3 de julio de 2012 sufrió un grave accidente en el aeródromo de Duxford (Reino Unido) cuando realizaba unas pruebas con el equipo Marussia. Su coche chocó contra la rampa de un camión. Perdió el ojo derecho, pero asegura rotunda que “el casco me salvó la vida”. Con 33 años, lleva toda su vida vinculada al mundo del motor, con 16 años logró su primera victoria en karting y ha sido la primera española probadora de una escudería de Fórmula 1. Cree que “trabajar en la prevención es algo que debemos hacer todos”, que falta “educación al volante”, y confía en la educación vial en los colegios.

renovar el carnet de conducir

La deportista en ocasiones participa en charlas de seguridad vial y así colabora en la concienciación del uso de las medidas de seguridad como medida preventiva ante posibles consecuencias trágicas de la conducción. Así en una de las charlas en las que participó, presentó del casco de fibra de carbono que la deportista llevaba el 3 de julio del pasado año, cuando un accidente en el circuito británico de Duxford estuvo a punto de costarle la vida a la primera mujer española que se subió a un Fórmula 1.

De Villota, que ha confesado que sólo amigos y familiares habían tenido la posibilidad de verlo, ha mostrado su casco a los menores como ejemplo de que incluso en un deporte como la Fórmula 1, donde todo está medido y controlado, algo puede pasar.

«Pese a tener todo controlado, siempre puede haber un accidente«, y más en la carretera, ha recalcado la expiloto antes de incidir en que, en la vida real, todo es más complicado. Y lo es porque en la Fórmula 1 se controla hasta la fecha de caducidad de los tornillos de su coche, mientras que en la calle no se sabe si los neumáticos responderán o si el conductor que se acerca va con una copa de más.

El elemento de protección, con una larga hendidura en uno de los laterales, protegió a De Villota de la rampa del camión contra la que se golpeó mientras circulaba, un accidente en el que la deportista perdió un ojo.

No obstante, ha reconocido que echa «en falta» el ruido de los motores y «la sensación más increíble» que ha tenido, que es «poder pilotar un Fórmula 1», aquel R29 que pudo probar en Paul Ricard.

Carmen Díaz Sánchez

Psicóloga Certimedic

Nº de colegiada 21352